También denominado Oro del Desierto, el Aceite de Argán, es un aceite obtenido de prensar las semillas del fruto del árbol de argán. Tras secar los frutos al sol, las semillas se extraen manualmente y se prensan en frío, es un proceso artesanal por el cual se obtiene un aceite claro y ligero sin apenas olor cuyos beneficios son conocidos en secreto por los marroquíes desde hace miles de años pero que ha salido a la luz en las últimas décadas.

El árbol de Argán crece únicamente en Marruecos y una pequeña parte en Argelia, puede alcanzar hasta 10 m. de altura y hace una flor amarilla de cinco pétalos. Los frutos miden entre dos y cuatro centímetros y contienen 2 o 3 semillas de las cuales se obtiene el tan valioso Aceite de Argán.

También existe el Aceite de Argán comestible que se obtiene de manera diferente tostando las almendras de argán. Pero nos vamos a centrar en el uso cosmético.

En el campo de la cosmética, el Aceite de Argán nos aporta múltiples beneficios para la piel, el cabello o las uñas. Se puede encontrar puro o como componente principal en cremas, champús y exfoliantes faciales, corporales o para el cabello.

Entre sus principales usos para la piel de cuerpo y rostro encontramos:

  • Hidratante: para cuerpo, cabello y uñas.
  • Cicatrizante: en pequeñas quemaduras o heridas y para la prevención y tratamiento de estrías.
  • Calmante: para irritaciones y descamaciones de la piel.
  • Antiarrugas: aporta luminosidad y flexibilidad a la piel del rostro, por lo que atenúa los signos del envejecimiento.
  • Antiséptico y antifúngico.
  • Loción para después del afeitado para hombres, debido a la agresión que supone para la piel el afeitado diario.

En cuanto a su uso para el cabello, reduce el encrespamiento, previene la caspa, repara las puntas abiertas, prolonga la intensidad del color en cabellos teñidos, se usa también como desenredante en cabellos recién lavados (ideal para niños). Además, se está popularizando el uso sobre el cabello de la barba, tan de moda en estos tiempos.

Para su aplicación en modo puro, basta con poner unas gotas en las palmas de las manos y masajear la zona deseada, sea con las yemas de los dedos en zonas pequeñas como la piel del rostro y las uñas o con las palmas de las manos en el cuerpo y cabello.

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