La suciedad que deseamos eliminar de nuestra piel puede ser propia de nuestro organismo como la descamación, sudoración, renovación cutánea, etc., o bien, por depósito de substancias provenientes del exterior como la contaminación ambiental de hidrocarburos o partículas de polvo o tierra que se encuentran en suspensión. También los productos cosméticos que nos aplicamos en la piel contribuyen a la suciedad de la misma, tanto los decorativos como los de tratamiento.
La piel es la barrera que separa el interior de nuestro organismo del exterior, lo protege frente a agresiones, radiaciones, entrada de sustancias tóxicas y, a la vez, impide que se pierda calor, agua y otros líquidos necesarios para el organismo. Además, es la encargada de la respiración y secreción del sudor, que es necesario para expulsar toxinas, pero también contribuye a la regulación térmica del cuerpo y a la formación del manto hidrolipídico que cubre y protege la piel. La función de la limpieza facial y corporal es respetar las funciones de la piel mediante el buen estado de su fisiología.
Higiene facial
El rostro es la parte del cuerpo que sufre más las inclemencias del tiempo y las agresiones externas, así como la acumulación de suciedad que obstruye los poros, contribuyendo al desarrollo de microorganismos que interfieren en la fisiología cutánea, originando diversas patologías.
El carácter graso de la mayoría de sustancias contaminantes adheridas a la piel hace que el uso exclusivo de agua como agente limpiador no sea suficiente para eliminar de manera eficaz algunos tipos de suciedad. Por tanto, la ayuda extra de los cosméticos es necesaria para eliminar sustancias de naturaleza oleosa depositadas sobre la superficie de la piel (sebo, pigmentos, restos de maquillaje), de modo que se pueda mantener la piel del rostro libre de cualquier mácula.
Limpieza corporal
Hoy en día, la ducha ha ganado al baño en los hábitos de limpieza corporal. El producto estrella para este momento es el gel de baño.
Un buen gel de baño, además de ser atractivo visual y olfativamente, debe tener otras características principales que garanticen su buen funcionamiento: poder detergente para eliminar grasas y residuos, bajo poder desengrasante, de manera que respete la capa protectora de la piel, textura de fácil aplicación, que genere espuma y que sea de fácil aclarado, y, por supuesto, debe ser inocuo para la piel y las mucosas por lo que el pH del gel debe oscilar entre 5 y 5,5.
En general, los principales hábitos de limpieza que deberemos seguir para mantener una higiene correcta de la piel y preservas su correcto funcionamiento son: Ducharse en lugar de bañarse, exfoliar e hidratar la piel periódicamente, conocer cuál es nuestro tipo de piel y usar los cosméticos adecuados al mismo, limpiar la piel del rostro dos veces al día con agua y un cosmético adecuado para nuestro tipo de piel y, por último, desmaquillarse siempre.
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