Con la llegada del verano, nuestro cabello se ve sometido a la agresión de los rayos ultravioleta del sol, la sal del mar, el cloro de las piscinas, etc.
Dichas agresiones, en especial la del sol, provocan daños en nuestro pelo tales como cambiar la textura del cabello volviéndolo áspero y quebradizo, romper las puntas y aclarar el color, entre otros. Además, es posible notar picor en cuero cabelludo pues se suele irritar bajo tales elementos.
Al igual que pasa con la piel, los cabellos claros son más propensos a sufrir daños, pero también aquellos que hayan sido sometidos a tintes o tratamientos que puedan haber alterado su composición natural.
Pero existen ciertas medidas que podemos utilizar para minimizar los daños:
- Utilizar un spray de protección solar y crear rutinas de cuidado como el uso de mascarillas o la aplicación de Aceite de Argán con frecuencia.
- Es importante aclarar bien el cabello tras cada baño en la piscina y en la playa (siempre que sea posible) y lavarlo cada día para retirar cualquier resto de cloro o sal que pueda haber quedado.
- Dejar secar el pelo al aire. Con la llegada del no nos supone ningún inconveniente y le damos un descanso a nuestra melena ya que los secadores, planchas y tenacillas aumentarán la deshidratación de nuestro pelo.
- Otra posibilidad de proteger el cabello en verano es ponerse gorros y gorras que, además, protegen también nuestro rostro.
- Los alimentos ricos en hierro y vitaminas C y B y el magnesio, contribuyen a mantener el folículo en buen estado.
- Otro truco que os puede valer es utilizar un producto hidratante antes de ir a la playa para crear una película protectora y dejarlo actuar todo el día, incluso volverlo a aplicar tras los baños. Lo aclararemos en casa en la ducha.
- Los recogidos y las trenzas serán buenos aliados pues ayudan a conservar la humedad. Las melenas al viento se resecan con mayor facilidad.
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