Cada producto pasa por las siguientes pruebas: test dérmico, test de irritación ocular, test de estabilidad de fórmula, test de estabilidad térmica y test de compatibilidad producto con el envase. Si bien es verdad que el producto se aprueba si pasa estos testeos, ningún producto puede garantizar que no producirá irritación a alguna persona con piel más sensible. Hasta las marcas más famosas ponen en su etiquetado que en caso de irritación, detener el uso y consultar con un médico.